Desde esta nueva centuria podemos decir sin titubeos que Ramón José Sender Garcés (1901-1982) figura con derecho propio en los lugares más destacados del parnaso novelístico español del siglo XX, tal vez al lado de Camilo José Cela y de otro, como Sender, solitario e insistente fabulador y grafómano, Pío Baroja. En punto al repaso de la vida de Sender, tenemos la fortuna de contar con la documentada monografía de Jesús Vived Mairal, Ramón J. Sender: biografía (Madrid, Páginas de Espuma / Gobierno de Aragón / IEA, 2002), que es referencia inexcusable de los estudios biográficos senderianos y, cómo no, del breve sumario que a continuación esbozamos.
Desde 1964 hasta 1982
De autor exiliado de culto pasó Sender a escritor popular en la España del desarrollismo y de la tibia apertura. Lo hizo de la mano de la editorial Destino y a raíz, sobre todo, tanto de la edición completa de Crónica del alba (1965-1966) como del logro del Premio Planeta (1969) con el relato En la vida de Ignacio Morel.
Pero Sender seguía en su ostracismo estadounidense; en 1961 había aceptado una plaza como profesor en la Universidad de California en Los Ángeles. Jubilado, en 1963 pasó de Albuquerque a Manhattan Beach (California). Allí terminó la escritura de La aventura equinoccial de Lope de Aguirre (1964), Jubileo en el Zócalo (1964), El bandido adolescente (1965), Valle-Inclán y la dificultad de la tragedia (1965), El sosia y los delegados (1965), Cabrerizas Altas (1965), Tres novelas teresianas (1967), Las gallinas de Cervantes y otras narraciones parabólicas (1967), Ensayos sobre el infringimiento cristiano (1967), Las criaturas saturnianas (1968), El extraño señor Photynos y otras novelas americanas (1968), Don Juan en la mancebía (1968), Novelas del otro jueves (1969), Comedia del diantre y otras dos (1969), Tres ejemplos de amor y una teoría (1969), Nocturno de los 14 (1969), Relatos fronterizos (1970), Zu, el ángel anfibio (1970), Ensayos del otro mundo (1970), La antesala (1971) y El fugitivo (1971).
En 1972 Sender traslada, por motivos de salud, su residencia de Los Ángeles a San Diego. En esta ciudad continuó su febril y prolífica actividad literaria, con títulos tales que Túpac Amaru (1973), Una virgen llama a tu puerta (1973), Libro armilar de poesía y memorias bisiestas (1974), Cronus y la señora con rabo (1974), Nancy, doctora en gitanería (1974), La mesa de las tres moiras (1974), Las Tres Sorores (1974; reescritura definitiva de Siete domingos rojos), El futuro comenzó ayer (1975), Arlene y la gaya ciencia (1976), El pez de oro (1976), La efemérides (1976), El Mechudo y la Llorona (1977), El alarido de Yaurí (1977), Gloria y vejamen de Nancy (1977), El superviviente (1978), Adela y yo (1978), Solanar y lucernario aragonés (1978; compuesto de artículos aparecidos en Heraldo de Aragón), La mirada inmóvil (1979), Por qué se suicidan las ballenas (1979; primero de los doce libros publicados en Destino referidos a los signos del Zodiaco —1978-1982—, entre los que destacan Una hoguera en la noche y la Orestíada de los pingüinos, reescrituras de narraciones homónimas de juventud), Ver o no ver (1980), Monte Odina (1980), La cisterna de Chichén-Itzá (1981), Segundo solanar y lucernario (1981) y Chandrío en la plaza de las Cortes (1981).
En 1974 y 1976 pudo Sender regresar fugazmente a España, con la excusa de la impartición de varias conferencias en ciudades españolas (Barcelona, Zaragoza, Huesca…). En el segundo de los viajes, se le tributó un emotivo homenaje en Chalamera, pero la posible felicidad de un regreso imposible fue turbada por los desagradables sucesos acaecidos en la residencia mallorquina de Camilo José Cela. No volvería más a su país natal —porque, entre otras cosas, pudo comprobar que ya no era su lugar— pero sí recuperaría, en 1980, la nacionalidad española. El 16 de enero de 1982 la muerte lo sorprendió en su domicilio de San Diego.
Póstumamente, aparecieron Álbum de radiografías secretas (1982), Hughes y el once negro (1984), Toque de queda (1985) y la edición completa de la serie de Nancy, Los cinco libros de Nancy (1984). En época más moderna, La llave: drama en un acto (2001), perdida durante la Guerra Civil, y por fin la edición de su Teatro completo (2015), además de dos antologías de sus primeros escritos en 1992 y 1993. A partir del I Congreso sobre Ramón J. Sender, organizado por el IEA en 1995, la reedición de sus obras ha venido cobrando, hasta hoy, un decidido impulso.