En mayo de 1808, el Alto Aragón, al igual que el resto de Aragón y de España, se levanta en armas contra el invasor francés. Caída Zaragoza, en febrero de 1809 los imperiales inician la conquista de la provincia de Huesca, que completarán tras diversas vicisitudes con la toma de Benasque en diciembre de ese mismo año: pero será una ocupación sobre el papel, pues numerosas partidas guerrilleras, inicialmente descoordinadas y de débil fuerza, les plantarán cara durante 1810 y 1811 y a partir de este último año comenzará el cambio de poder en el Alto Aragón: las partidas se reactivan y fortalecen, y finalmente, constituidas ya muchas de ellas en poderosos cuerpos militares, constituidas ya muchas de ellas en poderosos cuerpos militares, conseguirán que el águila imperial francesa comience su declive en 1813, hasta que en abril de 1814 el Alto Aragón queda libre de franceses. En este libro, publicado con ocasión del bicentenario de la guerra de la Independencia, se describen con detalle, a modo de anales, numerosas acciones ocurridas en el Alto Aragón, así como la situación general de ciudades, villas y lugares oscenses, y salen a la luz las historias de numerosos personajes altoaragoneses y de otros lugares de España que pelearon en esta tierra hasta expulsar a los invasores.