Ricardo Compairé Escartín (Villanúa, 1883 – Huesca, 1965) estudió Farmacia en Barcelona, donde un día, al detenerse frente al escaparate de una tienda de fotografía, una cámara le llamó poderosamente la atención: en ese instante supo que había encontrado su verdadera pasión.
Unos años después abrió su propia farmacia en Hecho. La mantuvo hasta 1921, cuando se trasladó a Huesca, ciudad en la que se establecería definitivamente. Fue en el Pirineo donde comenzó a capturar con su cámara el paisaje y la vida de las gentes, sus costumbres y sus tradiciones, muchas de ellas a punto de desaparecer. Sin proponérselo, se convirtió en cronista visual de esa época en el Alto Aragón.
Su trabajo fotográfico conllevó una constante búsqueda de belleza, tradición y autenticidad y lo hizo merecedor de numerosos premios y reconocimientos, hasta el punto de que ya en 1926 era considerado uno de los mejores fotógrafos de España.