La Exposición de París

A finales de 1866 es seleccionado en un concurso para artesanos de la comisión española en la Exposición Universal de París de 1867, adonde marcha en marzo para permanecer en la capital francesa hasta diciembre. La experiencia francesa produciría una transformación profunda en el joven Costa, sobre todo en su ideas y actitudes ante la política y el progreso.

En París aprovechará el tiempo para leer y estudiar: descubrirá de primera mano los adelantos científicos y técnicos del momento y accederá a las nuevas corrientes de pensamiento; adquirirá libros y publicaciones y conocerá personalmente a destacados científicos y pensadores.

La experiencia francesa fue decisiva para su evolución intelectual y sus preocupaciones económicas, sociales y políticas, tomando dolorosa conciencia del atraso español especialmente en ciencia y en tecnología. El propio autor nos revela en sus Memorias el impacto que le produjo su estancia en París: "Aquí fue mi golpe de gracia: mi viaje a París y a la Exposición Universal. El año de 1867 ha sido el año del despertar de mi entendimiento; el agosto de mi juventud; la hora del toque a rebato; el desperezo de un sueño de veinte años; el cuadro disolvente a cuyo través he principiado a conocer el mundo... En Francia he concluido de aprender lo que son las grandes obras y grandes empresas; he aprendido lo que son y lo que saben los franceses; he visto emperadores y alternado con sabios; he conocido a los españoles y hablado con extranjeros de todas las nacionalidades."

Durante su estancia en París escribe una serie de artículos sobre la Exposición para el periódico El Espíritu Católico, vinculado a su tío Salamero, a partir de los cuales elaborarán el que sería su primer libro y su principal obra de juventud, Ideas apuntadas en la Exposición Universal de 1867 para España y para Huesca, publicado en 1868.

A su vuelta a Huesca, Costa se convierte en un firme y claro defensor de la modernización de España, que es ante todo progreso material, técnico, de control de la naturaleza para procurar el bienestar y la libertad básica de la humanidad y, con ella, la libertad moral. Modernización o progreso que pasa por la modernización de la agricultura, la cual debía convertirse en el fundamento del desarrollo económico del país.